También conocida como de “La Vera Cruz”, nombre de la cofradía que se encargaba de los actos de Semana Santa, la primera referencia que se tiene de la capilla se remonta a 1561. Construida toda en piedra, sin aberturas ni ventanales laterales, es de una sola nave cuadrada cubierta por una cúpula de media naranja. La puerta de entrada presenta un arco de piedra de medio punto y está protegida por un amplio porche con tejadillo de madera que se sujeta sobre dos columnas lisas asentadas en bloques de piedra. En la parte superior y sobre la vertical de entrada se levanta una espadaña con campana en el vano central.
La ermita cobija la imagen de la Soledad y se abre al culto una vez al año, que coincide con el tercer domingo de mayo. Ese día se engalana para la ocasión con flores y ornamentos. En tiempos era sacada en procesión hasta la iglesia parroquial, donde se le rendía el novenario. De su cuidado y mantenimiento se encargaba la Cofradía del mismo nombre y hoy lo hace una cuadrilla de mujeres del pueblo. Al finalizar la Eucaristía, los asistentes se congregan en los alrededores y comparten un aperitivo aderezado con vino dulce y rosquillas.
La Virgen de la Soledad tiene una arraigada presencia en La Alcarria baja y es venerada en numerosos pueblos de esta comarca, en los que cuenta con su propio oratorio. Desde Horche y Yebra a Loranca de Tajuña y Fuentenovilla, pasando por Armuña de Tajuña, Fuentelencina o Illana, e inclusive en la capital de la provincia.